La casa rehabilitada forma parte de un conjunto edificatorio, hoy en día en estado ruinoso, perteneciente a una gran parcela matriz que abarcaba una importante zona de explotación forestal junto al río Lérez. Estamos ante una construcción tradicional seriamente adulterada, con diversas patologías estructurales, mas con un enorme potencial y una ubicación inmejorable en un paisaje rural típicamente gallego.
La intervención debía conservar la volumetría previa de la vivienda introduciendo una nueva organización funcional, por ello la demanda programática se organiza en dos de las alturas de la edificación a rehabilitar y en su anexo tradicional.
El núcleo de comunicación vertical es entendido como un gran espacio a doble altura que relaciona la vivienda. Aquí se mezclan la zona de día, de carácter luminoso, público y abierto al jardín, con la zona de noche, más introvertida y ligada a la tierra, a lo tectónico.
El acceso principal se realiza por la planta superior, en contacto con la parcela, donde se sitúa la zona común de salón-comedor y los servicios asociados al mismo. Se construyen tres pórticos de madera laminada que hacen desaparecer las particiones y permiten que la luz natural bañe el interior de la vivienda.
Una piel de madera recubre la planta alta, recuperándose los muros tradicionales de piedra de la planta baja. La elección y tratamiento de su envolvente se realiza desde la búsqueda de integración y respeto al paisaje circundante.